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Geopolítica / Red de oleoductos
INFRAESTRUCTURAS REGIONALES
De Chad a Nigeria
Malabo Análisis • 31-12-2002
ExxonMobil, Chevron-Texaco y Petronas son los responsables del oleoducto que desde Chad atraviesa Camerún hasta el puerto de Kribi. Está previsto hacer fluir hacia los mercados internacionales 300.000 bpd desde los campos de Doba (Chad) que producirán alivio en su depauperada economía. Chevron-Texaco acaba de firmar un compromiso de abastecimiento de gas al Gobierno de Ghana a partir de gasoducto que procediendo de los campos de Cravalos de Nigeria llegará a Ghana con suministro a Togo y Benín, dos países que tiene que atravesar.
Es fácil imaginar que se trata de una obra pública con un fuerte impacto geopolítico. Es una conducción que no debe ser amenazada y aún menos ser objeto de apropiación política. Es una obra civil con atributos que exceden el marco habitual y que plantean muchos interrogantes relacionados con la seguridad y los sujetos activos que deben proporcionar la seguridad.
A los africanos, al liderazgo político democrático, nos parecen obras de una importancia económica y social descomunal, obras e iniciativas que saludamos, que consideramos vitales y casi constitutivas o piedras maestras del despegue, del desperezamiento económico y social de nuestro continente. Saludamos que los recursos del contienente miren también al continente, a las inmensas necesidades de infraestructuras que padece el continente.
Hasta la fecha no se construían porque el continente nos las podía pagar y nos las podrá pagar nunca si previamente no se construyen. Es un enroque del que convenía salir pero nunca parecía llegar el momento. Por fin, albricias, el momento ha llegado. Son vitales para el arranque económico y nuestro apoyo debe ser consistente y máximo.
Los estados beneficiarios de tales infraestructuras están obligados a garantizar la funcionalidad y continuidad de dichas infraestructuras, no hay alternativa. Por parte de los inversores cabe preguntarse, no obstante, si tales estados están en condiciones de garantizar sus obligaciones para con la seguridad de dichas infraestructuras. No parece que sea el caso. No parece que los estados afectados, por sí mismos, puedan garantizar dichas infraestructuras.
Si pensamos en el mayor productor de crudo del Golfo de Guinea, Nigeria, la administración de Olusegum Obasanjo, está considerada como altamente inútil y corrupta. Si nos fijamos en la economía de Angola, el segundo productor de la zona, recientes informes consideran que la fortuna de su presidente, Eduardo dos Santos, está entre las 50 más importantes del mundo.
Pero los problemas de seguridad no se agotan en tal circunstancia. Hay que añadir la fuerte inestabilidad política de los países afectados y la dependencia del mayor cliente del mundo, EE UU, de las reservas del Golfo de Guinea del que obtiene el 20% de sus necesidades, al mismo nivel que el el Golfo Pérsico.
Según todos los analistas para evitar el colapso de occidente los recursos petroleros del Golfo Pérsico deben doblarse en 20 años. El mundo cada día consume más petróleo y economías emergentes se suman a la demanda con un brío inesperado, los tigres asiáticos, China, India...
Si los chinos y los indios llegaran a disfrutar del mismo nivel de vida de occidente, ambos países consumirían, por sí solos, 110 millones de barriles diarios, cuarenta millones más de la producción actual.
Si a eso se le añade el escaso papel de las empresas privadas en dicho sector, y el gigantismo de las empresas públicas, empresas que dominan el sector, Armaco (Arabia Saudí), Nioc (Irán), Pemex (México), Pedusa (Venezuela), Inoq (Irak), Sonangol (Angola), etc. y que no dudan en utilizarlo como arma política, se comprende mejor el nivel de alarma y los problemas de seguridad concernidos cuando de la economía de petróleo tratamos.
La importancia geopolítica del Golfo de Guinea se ha hecho presente como ya se sabía que ocurriría. Hemos enumerado diversos factores que acentúan dicha importancia geoestratégica:
1. Grandes infraestructuras civiles
2. Inestabilidad política
3. Corrupción generalizada
4. Dependencia energética específica
A dichos factores habría que añadir los elevados costes tecnológicos de los nuevos sistemas de prospección y captura de bolsas de petróleo y gas. Tecnologías que hacen posible
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Identificación de rocas capaces de almacenar crudo o gas
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Identificación de las rocas que pueden sellar ambos fluidos
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Atravesar láminas de agua y de roca |
El Servicio Geológico de los EE UU (USGS) considera el Golfo de Guinea una gigantesca “boutique” y particularmente Guinea Ecuatorial y sus aguas jurisdiccionales con fuerte presencia de rocas sellantes de origen deltaico (Río Níger, Río Kribi, Río Sonaga, Río Campo, Río Benito y Río Muni), especialmente en forma de sales, trampas donde se almacenaría el crudo.
Las cifras que baraja la comunidad internacional para medir las reservas de petróleo son estas
Áreas Geográficas |
Reservas actuales |
Duración (años) |
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Golfo Pérsico |
65% |
86,8 |
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EE UU |
6,1% |
13 |
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Europa |
1,8% |
8 |
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URSS |
7,8% |
21 |
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África Oeste |
7,3% |
27 |
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Latinoamérica |
9,1% |
38 |
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Asia |
4,8% |
15 |
En cuanto a gas se refiere, los territorios de la vieja URSS, representan el 36,2% de las reservas mundiales, a cifra de hoy. Es en dicho contexto donde Guinea Ecuatorial es presentada en los círculos petroleros y energéticos como la Kuwait de África. Y es en dicho contexto donde las nuevas tecnologías de prospección y extración están jugando ya un importante papel.

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Texto. Malabo Análisis
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