Impunidad / Un derecho imposible
ENCRUCIJADA JURÍDICA Y POLÍTICA
¿Se le debe proporcionar asilo político a Obiang Nguema y su familia?
Por Severo Moto Nsa • 05-07-2003
Jueves / 18:00 horas / 10 / JULIO / 2003
Madrid (ESPAÑA). A raíz del anuncio de que se estaba gestando un Gobierno Técnico que se proclamaría de forma pacífica en Malabo, personalidades internacionales se brindaron para mediar entre el Gobierno Técnico y Obiang. El objetivo era y es, evitar los derramamientos de sangre y limitar la violencia que Obiang intentará desatar contra pacíficos ciudadanos que no le obedecen y se ponen a disposición del Gobierno Técnico. El asesinato de la cooperante española ha vuelto a poner sobre la mesa el espinoso asunto de los beneficios de impunidad para Obiang. La posición expresada una y otra vez por el Partido del Progreso es que tales beneficios son inviables política y jurídicamente y que escapan al ámbito de una negociación para acelerar el tránsito a la democracia. Ante la insistencia en sugerir para Obiang tales beneficios nos vemos en la obligación de dejar constancia de nuestro punto de vista por escrito y de manera razonada.
No será la primera vez que un pueblo de manera pacífica desaloja del gobierno a un grupo de malvados. No es frecuente pero no será la primera vez y tampoco la última. En todos los casos los posibles mediadores internacionales plantean siempre la misma cuestión, ¿está el Gobierno Técnico dispuesto a facilitar el exilio político de Obiang Nguema y su familia?. O dicho de otro modo, ¿da su consentimiento el pueblo guineano para realizar dicha oferta al General Obiang?.
Se comprenderá que no es un asunto fácil. En una parte de la balanza está nuestra necesidad de acortar los plazos y revertir cuanto antes la situación política en Guinea Ecuatorial. En otra parte está la razón jurídica y la razón moral. Los guineoecuatorianos tenemos prisa y todo lo que contribuya a hacer más fácil la liquidación del régimen de Obiang debería por principio ser bienvenido. El instinto nos dice que debiéramos decir sí a todo aquello que facilite el cambio de régimen, que debiéramos decir sí a cualquier oferta de asilo político para Obiang. Es seguro que muchos países incluido España, estarían dispuestos a ofrecer su territorio como lugar de residencia del General Obiang.
Los problemas, sin embargo, son de otra naturaleza y más complejos. Conviene que se sepa que Obiang Nguema hace tiempo que ordenó la compra de dos palacios en territorio marroquí para acoger a su familia al completo y que tiene contratado un dispositivo de seguridad para huir personalmente y evacuar a su familia al completo hacia Marruecos.
Obiang Nguema, precavido, ya ha tomado sus decisiones y poco sentido tiene por nuestra parte, desde un punto de vista práctico, realizar o autorizar una oferta de impunidad. Obiang ha previsto tal contingencia y al parecer, según todas las informaciones, está preparando el exilio con detalle y cuidado. Respecto a tales preparativos en el seno de su familia hay división de opiniones. Están los que quieren disfrutar con tranquilidad de la fortuna robada en todos estos años y están los que no son beneficiarios netos de dicha fortuna y desean ensayar sus posibilidades intentando suceder a Obiang.
El clan familiar está revuelto. En el campo de los que desean el exilio estarían Obiang, sus hermanos y su hijo Gabriel, beneficiarios netos de la fortuna amasada por Obiang y por paradójico que resulte en el campo contrario, su hijo Teodorín y su madre biológica, que se sienten burlados y desheredados y están exigiendo suceder a Obiang para ensayar sus posibilidades de robo y latrocinio. El clan se comporta como nos tiene acostumbrados, como lo hace la basura humana, pensando en sus espúreos intereses e ignorando los de los guineoecuatorianos que pretenden representar.
La distancia entre los
deseos y la realidad
A los guineoecuatorianos nos conviene allanar y facilitar el camino para producir el cambio de régimen. A Obiang y familia, por otra parte, le conviene ante la eventualidad de dicho cambio de régimen, es fácil de comprender, un lugar de asilo y acomodo para terminar felizmente sus días y disfrutar de la fortuna robada. Pero ahí no reside el problema. El problema sobreviene cuando se pretende que las nuevas autoridades mediante pacto escrito renuncien a perseguir jurídicamente a Obinag y a su familia. Pretensión imposible que nadie en sus cabales puede solicitar. Nadie tiene potestad para garantizar tal cosa.
En primer lugar el Gobierno Técnico será un Gobierno en Funciones; en segundo lugar, ningún gobierno por muy legítimamente que esté constituido, puede usurpar los legítimos derechos de los ciudadanos. La historia ha demostrado que no valen las leyes de punto final. El caso de Argentina para perdonar a los militares y eximirles de sus responsabilidades en los crímenes durante sus dictaduras ha generado todo tipo de controversias jurídicas siempre en favor de las víctimas. Ninguna ley puede ir contra los derechos fundamentales de las personas. Su eficacia jurídica es cero y solo es posible imponerla generando más violencia.
Es bien conocida la opinión expresada por numerosas víctimas, en virtud de los derechos que les asisten, de su inequívoca voluntad de buscar justicia para que Obiang responda de sus crímenes y delitos. Nada puede hacer el Gobierno Técnico contra tan justo propósito, al contrario, por legítimo, el Gobierno Técnico tiene obligaciones en el sentido de hacer posible la existencia de justicia y reparación para las víctimas; el Gobierno Técnico está obligado a ponerse del lado de las víctimas pues otra cosa sería moralmente deleznable y un pésimo precedente.
Obiang y su familia tienen
que dar cuentas ante la justicia
Nada se puede hacer excepto esperar el desenlace. Es comprensible que Obiang y su familia sientan miedo y quieran procurarse un refugio tranquilo. No es difícil comprender dicha pretensión puesto que son muchas las culpas que tiene que espiar. Obiang tuvo la oportunidad de enmendar sus conducta criminal cuando fusiló a su tío Macías en nombre de la libertad pero no lo hizo. Obiang ha consumido todas las posibilidades históricas que la circunstancias le han brindado. Lejos de enmendar su conducta criminal ha profundizado en ella. Nunca hubo en Obiang propósito de enmienda. Debe saber, por lo tanto, que es responsable de sus actos, que el brazo de la justicia es largo y que le perseguirá allí donde se encuentre, también dentro de Marruecos. No encontrará la paz y no encontrará la paz porque sus víctimas reclaman justicia y tienen derecho a ella.
Lo que aquí se expone debe servirnos a todos para medir las posibilidades de negociación que unos y otros tenemos. Haría bien Obiang, en su descargo, facilitar el cambio de régimen, pero no puede pretender y nadie lo debe pretender que tal actitud pueda comprar una especie de licencia universal para burlar la acción de la justicia. No está en manos del Gobierno Técnico y nadie, incluidos los organismos internacionales u otras potencias puede garantizar tal cosa. A los hechos nos remitimos. El brazo de la justicia es más largo que el instinto criminal de los tiranos. El mundo ha cambiado.
Los amigos y abogados de Obiang están en su derecho de procurar para su protegido todos los beneficios que consideren oportunos, cosa bien distinta es la pretensión de arrastrar a terceros a un supuesto de impunidad jurídica, inviable política y moralmente. Obiang es responsable de sus actos y nada hay que negociar. El Gobierno Técnico no puede suplantar a las víctimas ni oscurecer sus derechos.

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Texto. Malabo Análisis
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